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Ramón Cavieres: “El plebiscito constitucional de Chile se transformó en la ciudadanía frente a la élite”

A tres semanas de que los chilenos aprueben o rechacen la nueva Constitución, el director ejecutivo de la consultora Activa dice que hay cansancio frente al proceso y que “la gente no solamente está en contra del texto, sino de todos los políticos”

Ramón Cavieres es director de Activa, una de las principales consultoras que le toma el pulso a la ciudadanía. Hoy está enfocado en la recta final frente al plebiscito por una nueva Constitución del 17 de diciembre, que zanjará el segundo intento de Chile en tres años por reemplazar la Carta Magna nacida en 1980 en la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y reformada unas 60 veces desde 1989. Tras el rechazo en septiembre 2022 a la propuesta dominada por la izquierda, se inició otro proceso, que termina con el referéndum en que los chilenos tendrán que votar A favor o En contra del texto redactado por el Consejo Constitucional, que esta vez lideraron las derechas.

Cavieres, que vive en Inglaterra, se encuentra de paso por Chile justamente por el contexto político. Califica la campaña en la franja electoral de “confusa” y plantea que en un clima de hartazgo y cansancio constitucional, las opciones del referéndum se han convertido en la ciudadanía frente a las élites políticas.

Pregunta. ¿En qué posición están los chilenos a menos de tres semanas del plebiscito?

Respuesta. Siempre es bueno apuntar que este es un proceso con bajo interés, con bajo nivel de confianza, en un contexto donde la ciudadanía se cansó del proceso constituyente. La gente tiene otras urgencias, como los temas económicos y la delincuencia. Dicho esto, a partir de la última medición que entregamos, diría que la gente ya empezó a tomar su decisión. Teníamos un 30% de indecisos dos semanas atrás y hoy estamos en un 20%. La opción En contra está en un 47% y la del A favor en un 22%. Según nuestro último pronóstico, estamos en una relación del 66% para el En contra y 34% para el A Favor. Es una diferencia importante. Salvo que pase una cosa muy rara, un cambio radical, la probabilidad de que gane el En contra es alta.

P. ¿A dónde se están yendo los indecisos?

R. Nosotros hemos estudiado a ese 22% de indecisos y, cuando tratas de que elijan una opción, el 60% igual se mantiene indeciso. Y del 40% restante, un porcentaje muy parecido se va al A favor y al En contra. Por lo tanto, no hay una tendencia clara para decir que se van más a una opción u otra. Por eso pensamos que el indeciso, cuando tome su decisión, no va a cambiar la distribución que hoy en día existe, no van a cambiar la balanza.

Ramón Cavieres, el director ejecutivo de la consultora Activa
Ramón Cavieres, el director ejecutivo de la consultora ActivaFERNANDA REQUENA (EL PAÍS)

P. ¿Cómo calificaría la campaña en la franja electoral?

R. Confusa. Ya no tiene nada que ver con el proceso constituyente, sino que se transformó en un relato político. Y casi de elección presencial, casi partidista, no constitucional. Mezclan temas asociados al Gobierno, críticas al Gobierno, algunos elementos de agresividad… Todo eso confunde a la ciudadanía. Hay personas que piensan que votar En contra es votar contra el Gobierno, según estudios que he visto.

P. En un momento el análisis era que la derecha suponía que la votación fuese un plebiscito al Gobierno de Boric, pero aparentemente la ciudadanía no lo ve así

R. No, según los indicadores de preferencia. La gente no solamente está en contra del texto sino de todos los políticos. Que no se piense que porque Boric tiene una baja evaluación, un 30%, significa que existen sectores políticos que tengan una alta aprobación. No. La gente es muy crítica de los partidos políticos, de toda la élite política. Este plebiscito se transformó de alguna manera en ciudadanía frente a la élite. Al final estamos en ese escenario. Si uno va a hacer una lectura, estamos hablando de A favor de una elite política que diseñó este proceso, y el En contra estaría representando a la ciudadanía que se aburrió del proceso y crítica de la elite.

P. A comienzos de octubre, el líder republicano José Antonio Kast dijo que podían dar vuelta el resultado del plebiscito hacia el A favor ¿Qué tendría que pasar para que eso ocurriera?

R. De alguna manera la estrategia fue que no aparecieran tanto los liderazgos de la derecha [campaña electoral] porque saben que la ciudadanía es crítica al escenario político. Si eventualmente las figuras de la centroderecha tuvieran más protagonismo en la campaña [podría favorecer al apruebo], aunque se nota que no están convencidos y eso se transmite. Evelyn Matthei, uno de los liderazgos, estaba en contra en un primer momento. Obviamente, después se tuvo que alinear. Y Kast también ha tratado de no tener tanto protagonismo. ¿Qué tendría que pasar? Tendríamos que adentrarnos casi en la ciencia ficción, alguna cosa muy rara… que la crisis política o de seguridad eventualmente se pusiera muy compleja, lo que podría ser un gatillante a que la gente cambiara un poco de posición, ya que uno de los relatos de los partidarios del A favor es que con la propuesta se puede manejar mejor el tema de la seguridad.

Ramón Cavieres en entrevista con EL PAÍS.
Ramón Cavieres en entrevista con EL PAÍS.FERNANDA REQUENA

P. Si gana el En contra, ¿el golpe a los republicanos sería comparable al que recibió el Gobierno de Boric en el primer intento constitucional?

R. De alguna manera, sí. Son los golpes que están teniendo los sectores políticos. Un texto ideológico de extrema derecha y de extrema izquierda serían rechazados. Y es un mensaje que va quedando claro. Ahora, yo no estoy tan claro de que si los textos hubiesen sido menos extremos, un poco más transversales, se hubiese llegado a algún consenso. ¿Por qué? Porque la ciudadanía tiene una crítica muy grande al espectro político como tal.

P. ¿Cómo evalúa la estrategia del Gobierno de Boric en este segundo proceso?

R. El Gobierno ya salió bien dañado en el primer plebiscito. Fue una derrota importante. Aquí en ningún caso el Gobierno va a ganar nada. En el mejor de los casos es no caer en una Constitución, de acuerdo a su percepción, más partisana de derecha. Pero aprendió que es mejor que se mantenga el margen y creo que ha sido una buena estrategia. Pero esa posición, que es la más razonable, también es compleja. Abanderarse con el En contra —obviamente la oposición ha tratado de linkearlo— es defender la Constitución de origen del dictador Pinochet.

P. ¿Cuánto le afecta a esa encrucijada a la izquierda?

R. La izquierda está en una posición bien incómoda, evidentemente. Tiene que elegir, en teoría, entre una Constitución de Kast y una de Guzmán o Pinochet. Es una elección bien ingrata para ellos, pero toman la posición del daño menor, que es rechazar este texto. Y de alguna manera se repliega y plantea que no habrá tercer proceso. Que hay que esperar un tiempo, unos 10 años, a que se abra ese espacio en el contexto político y se permita un nuevo proceso o profundidad de reformas importantes a la actual Constitución. En cambio, si gana el A Favor es un tema que se cierra al menos por 20 o 30 años.

P. Si gana el En contra, ¿en qué pie queda Chile el 18 de diciembre, el día después del plebiscito?

R. Es una buena pregunta. Creo que va a quedar más tranquilo, independiente de lo que pase. Que la gente se va a sacar lo tenso de este proceso constituyente y que el Gobierno va a estar más enfocado en tratar de impulsar las reformas o negociar lo que puedan con todo lo difícil que va a ser por no tener la mayoría en el Congreso. Creo que se va a descomprimir el ambiente, pero vamos a ver… todo va a depender del liderazgo que tomen tanto el Gobierno como la oposición.

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